El patrimonio industrial del agua II: Nuestro paisaje
Descubre algunos de los mayores tesoros del patrimonio industrial del agua en Cataluña, elementos singulares dispuestos como piezas de un mosaico a lo largo de todo el territorio.
La revolución del agua deja detrás todo un legado patrimonial que hoy queda plenamente integrado en los diferentes paisajes de nuestro país. Edificios que caracterizan barrios e infraestructuras que dejan su huella particular en los entornos rurales.
Ante las dificultades que nos depara la crisis climática y el aumento de los periodos de sequía, se hace necesario recuperar la memoria perdida y reivindicar el conocimiento de la historia del agua en nuestro país.
«Conocer la relación entre el agua y el territorio, entre el agua y la ciudad, y reflexionar sobre él es un instrumento necesario para afrontar los retos de nuestro futuro.» (Albert Cuchí, 2011)
Muchas de las grandes obras de la ingeniería hidráulica se armonizan en una simbiosis perfecta con su entorno y con las vidas de las personas. Por su monumentalidad y ubicación, elementos como el Torreón del Tibidabo están muy presentes en nuestro imaginario y cotidianidad.
Otras singulares, como la torre de agua de Granollers, tampoco pasan desapercibidas. Sean más o menos conocidas, todas han tenido un papel fundamental en la historia del abastecimiento del agua de grifo. Veamos algunas.
1. Torre de las Aguas del Besòs
La Torre de las Aguas del Besòs dista de ser un elemento más de la infraestructura del agua. Desde su inauguración en 1882 se ha distinguido como una importante seña de identidad de los vecinos de El Poblenou (Barcelona), siendo testigo de sus experiencias, historias y raíces.
«Por su belleza formal, ha sido considerada como una de las más bellas de Cataluña. Pintada por artistas como Ramon Calsina, Josep M. Subirachs y Joan Pallarès, se ha convertido en un elemento referencial e inseparable al paisaje del Poblenou.» (Antoni Vilanova, 2012)
2. Acueducto de El Baix Vallès
Un tramo del acueducto del Baix Vallès se conserva en medio del Parque Central de Nou Barris, peatones pasean y atraviesan por él. Creuant Cerdanyola y Montcada, conducía agua del río Ripoll hasta el barrio barcelonés de El Alfés.
Situado hoy como elemento decorativo, recuerda la gesta que supuso abastecer a la capital catalana en un momento de escasez.
3. Depósito de las aguas de El Maset
El depósito de las aguas de El Maset, en Palamós, se erige solemnemente sobre el puerto, en el punto más alto del municipio.
Aunque actualmente se encuentre en desuso, pervive en el tiempo junto a los niños y niñas que juegan a los pies.
4. Presa del pantano de Vallvidrera
Considerada una joya de la ingeniería hidráulica, la presa del pantano de Vallvidrera fue construida por uno de los arquitectos catalanes más laureados de finales del siglo XIX.
Elías Rogent, el mismo que hizo la reconstrucción de la iglesia de Ripoll y que edificó el gran edificio histórico de la Universidad de Barcelona, fue el encargado de construir esta obra, tan sencilla como bella y de gran calidad.
5. Torre del agua de Sabadell
La imponente torre del agua de Sabadell nos explica la historia de esta ciudad y de los que la construyeron. Se edificó como respuesta monumental a la crisis de abastecimiento de agua de la ciudad ante el exponencial crecimiento demográfico.
Destaca su gran particularidad, ya que es una construcción de estilo modernista, pero con una gran influencia de la tradición alemana, especialmente en la forma de la cúpula.
6. Depósito de la Oliva
El depósito de la Oliva data del siglo XVIII durante la primera fase de la industrialización. Aún en funcionamiento, forma parte del kilométrico sistema de abastecimiento de la Mina del Arzobispo, que provee aproximadamente un 3% del agua de la ciudad.
Si bien la construcción del sistema se inició a finales del XVIII, los últimos elementos fueron incorporados el siglo pasado. Se trata de una joya arquitectónica que presenta una sorprendente continuidad histórica, ya que algunos tramos aprovechan incluso la antigua infraestructura romana.
7. Central de la Sociedad General de las Aguas de Barcelona
La antigua Central de la Sociedad General de Aguas de Barcelona en Cornellà, más allá de ser uno de los exponentes más grandes del patrimonio industrial del agua, es desde 2004 la sede del Museo de las Aguas de AGBAR.
La Central de Cornellà se ha convertido en un punto de encuentro entre la historia, el patrimonio, la ciencia, la tecnología y la naturaleza, contribuyendo así a consolidar una sociedad más sensible, justa, concienciada y sostenible.
En el recinto hay proyectos como el Jardín de las Mariposas y el Hotel de los Insectos, claves para reforzar la conexión indisociable que debe existir entre la historia del abastecimiento de agua urbana y la conservación de la biodiversidad ante un futuro de dificultades.
Como la Central de Cornellà, muchas de las infraestructuras anteriormente destinadas a captar, almacenar, distribuir y potabilizar agua en el pasado, continúan desempeñando hoy un papel relevante para la comunidad al fin de su vida útil.
Reivindicarlas como elementos de gran valor histórico para nuestra comunidad es una tarea imprescindible. Recuperar la memoria del pasado y otorgarles una dimensión cultural y cívica forma parte del camino para construir una conciencia colectiva sobre la gestión del agua.
El patrimonio industrial del agua forma así parte de nuestro pasado, presente y futuro. Su interpretación diacrónica se convierte en uno de los ejes fundamentales para sentar las bases que nos permitan superar los retos del mañana.
¿Quieres conocer de más cerca la historia del patrimonio industrial del agua en Cataluña? Explora el primer episodio de esta exposición virtual:
El Patrimonio Industrial del Agua I: Cómo el agua de grifo llegó a nuestros hogares